El concepto del «monomyth«, en castellano ‘monomito‘ fue desarrollado por el antropólogo y mitólogo Joseph Campbell en su libro de 1949 «El héroe de las mil caras». Este concepto describe un patrón narrativo común en todos los mitos, leyendas y cuentos de todo el mundo, que implica un viaje de un héroe o heroína que atraviesa una serie de etapas comunes en su búsqueda de una meta o realización.
El viaje del héroe comienza con su ‘call to adventure‘, en la que el héroe es sacado de su mundo cotidiano y se enfrenta a un desafío que lo obliga a emprender un viaje. A menudo, el héroe inicialmente se resiste a la llamada, pero finalmente acepta el desafío y se embarca en el camino. Normalmente, acepta este desafío por el hecho de conocer a ‘el mentor’, personaje que le animará y le dará las razones para embarcarse en ese viaje, acompañado por el mentor. Este mentor puede tener mil formas distintas. Puede ser una persona desconocida, como puede ser su ser interior. He aquí la creatividad de cada dramaturgo y/o escritor para desarrollar el contenido.
A medida que el héroe avanza en su viaje, se encuentra con una serie de pruebas que lo obligan a superar sus miedos y debilidades, y a desarrollar nuevas habilidades y conocimientos. Estas pruebas a menudo incluyen enfrentamientos con enemigos poderosos, la superación de obstáculos físicos y mentales, y la obtención de objetos mágicos o conocimientos.
Finalmente, el héroe alcanza el clímax de su viaje, donde se enfrenta a su mayor desafío y debe usar todas sus habilidades y conocimientos para triunfar. Después de la victoria, el héroe regresa a su mundo cotidiano, trayendo consigo un nuevo conocimiento o habilidad que beneficia a su comunidad. Antes de volver, duda una vez más, ya que ahora, como persona, es mejor que antes y no sabe qué hacer. Una vez más el mentor le acompaña en su camino.
La idea del monomyth es que este patrón se repite en una amplia variedad de mitos y cuentos en todo el mundo, y que tiene un significado universal y profundo para la experiencia humana. Campbell argumenta que este patrón refleja la necesidad humana de encontrar un propósito y sentido en la vida, y que el viaje del héroe representa la búsqueda de la realización personal y espiritual.
El concepto del monomyth ha tenido una gran influencia en la literatura, el cine y la cultura popular en general. Muchas historias populares, desde la epopeya de Gilgamesh hasta la saga de Star Wars, siguen este patrón narrativo. El uso del monomyth como una estructura narrativa puede ayudar a los escritores y cineastas a crear historias emocionantes y significativas que conecten con el público a un nivel profundo. Esto por supuesto también ha llegado al teatro musical y es que para que un buen espectáculo de teatro musical funcione, se debe partir de una buena historia y tener una estructura como tal. Con solo canciones bonitas no se realiza una buena estructura narrativa.
El monomito también se denomina ‘el viaje del héroe’ (the Hero’s Journey) y os dejo a continuación una imagen donde podéis ver gráficamente los pasos que atraviesa el héroe o heroína de nuestra historia. Piensa en cualquier cuento, novela, película o espectáculo de teatro que hayas visto recientemente y seguro que este viaje está implícito en esa historia. No quiere decir que todas las historias contengan cada uno de los pasos o que el protagonista tenga que luchar batallas cuerpo a cuerpo contra monstruos del espacio. A veces estos monstruos pueden ser sus pensamiento, sus actitudes, la sociedad… El mentor, como he comentado antes, no debe de ser una persona, puede ser él mismo en otra época que le habla desde su interior 😉 o el mentor puede ser un diario de su abuela que ha encontrado y le marca el camino que debe de seguir, (vuelvo a guiñar el ojo).
Con esto me refiero a que este patrón va a estar si o si en cada una de las historias que vayamos a ver. Todas las historias con un sentido estructural las entendemos, si no, posiblemente nos cueste mucho más de entender, básicamente porque no se le podrá decir historia. Soy partidario de que los buenos dramaturgos, guionistas y escritores que están en la vanguardia de la escritura moderna, los que son realmente buenos, controlan perfectamente el monomito y juegan con él para situar al espectador en situaciones diversas y constantemente haciendo cambiar de opinión al espectador para despistar. Ahora bien, el guionista que no sabe, quizá se cree que está innovando, pero se ve muy claramente como la estructura mental no está clara y quizá te están vendiendo gato por liebre. Lo de siempre vaya, lo de que es arte y que no. Una novela contemporánea quizá sea más difícil de hacer convencer que un cuadro con un plátano pegado en el medio y por eso cuesta más entrar en debate si una novela es arte o no, si es contemporánea o es un churro.

Mateu Peramiquel, compositor y director de WeColorMusic.
Creador de espectáculos musicales. www.wecolormusic.com